Todos queremos tener una “buena piel”. Y eso significa una piel que funciona bien, que se regenera y se mantiene firme e hidratada por sí sola. No obstante, con el paso del tiempo y los hábitos de vida o rutinas menos saludables, la piel pierde más agua de la que puede mantener, pierde grosor y su textura se debilita y pierde elasticidad, originando las primeras líneas de expresión y arrugas faciales.
La radiofrecuencia facial es un tratamiento estético sin ningún tipo de efecto secundario que incide sobre la piel para activar los procesos naturales de regeneración de colágeno y aumentar la circulación sanguínea, que la mantienen firme y oxigenada. Este tratamiento consiste en la aplicación de ondas electromagnéticas que estimulan esa actividad, mejorando la calidad de los tejidos y la elasticidad de la piel, corrigiendo líneas de expresión, los niveles de hidratación y aportando firmeza a las zonas tratadas.
Es un proceso indoloro y está indicada para mantener esa “buena piel” del rostro, cuello y escote. Sirve también como procedimiento complementario para optimizar y potenciar el efecto de otros tratamientos médico estéticos faciales.
¿La radiofrecuencia cómo actúa?
Al hablar de radiofrecuencia nos referimos al tratamiento que basa tu sistema en el uso de ondas electromagnéticas de muy alta frecuencia que provocan el calentamiento de las diferentes capas de la piel. Todo esto provoca la aplicación de un calor controlado sobre la dermis, lo cual reporta efectos beneficiosos tales como:
La creación de nuevo colágeno tanto en el tejido subcutáneo como en el de la piel, posibilitando de esta manera que todas las capas de la dermis adquieran fuerza y firmeza gracias a la recolocación de los septos fibrosos, así como también del engrosamiento dérmico suprayacente.
Drenaje linfático mejorado: esto permitirá reducir la cantidad de líquidos y toxinas embebidas en el tejido adiposo que afectan a la creación de la celulitis.
Mejora de la circulación de la sangre y del tejido subcutáneo: gracias a un mejor sistema circulatorio el proceso que hace posible la metabolización del tejido graso mejorará notablemente, y se conseguirá un aspecto mucho más sano y estético de la piel.
Migración y transporte de los fibroblastos: por último, después de haber realizado una pequeña lesión controlada del tejido, se produce una respuesta inflamatoria que en última instancia vendrá de la mano de la migración de los fibroblastos, hecho que refuerza aun más si cabe la configuración del colágeno, consiguiendo rejuvenecer de esta manera de esta manera el área tratada.
Uno de los efectos y resultados inmediatos que se obtiene es la creación de elastina y colágeno subcutáneo, lo cual, como ya hemos comentado antes, en combinación con el sometimiento a diversas sesiones del tratamiento hace que el colágeno más profundo se reestructure y se sustituyan las células más antiguas por unas de nueva creación, aportando así una mayor elasticidad a todos los tejidos y consiguiendo una piel mucho más suave y tersa en rostro, abdomen y cuerpo.
Todo lo anterior deriva en una disminución de la cantidad de arrugas así como de la flacidez epitelial. Además, los efectos empiezan a notarse desde la primera sesión, aunque estos no alcanzarán su mejor versión hasta pasado el primer mes, a partir del cual los resultados comienzan a ser más visibles.
No obstante, todo esto dependerá del estado de la piel de cada persona, así como las reservas de colágeno que uno tenga y el número de citas a las que uno haya acudido, en tanto que lo recomendable es, como mínimo, entre 4-10 sesiones; que irán en función del tipo de radiofrecuencia y de la superficie corporal que se vaya a tratar.
Ficha técnica
Estética Avanzada
No invasivo, no requiere de asistencia médica
Grado de dolor
Indoloro
Tiempo de recuperación
Incorporación inmediata a la vida cotidiana
Duración del tratamiento
Depende de cada caso
Duración de la sesión
30-40 minutos
Sensación
Calor agradable, acompañado de maniobras de masaje
Efectos
Piel más firme, lisa, hidratada y luminosa, con un efecto relleno y voluminizador en arrugas y líneas de expresión
Resultados
Efecto flash desde la primera sesión, pero el verdadero resultado se ve a los 28-29 días, que es cuando el colágeno logra una mayor activación
¿En qué consiste?
La radiofrecuencia facial consiste en la aplicación de ondas electromagnéticas que provocan un calor intradérmico que estimula los fibroblastos en la piel para aportar más firmeza. Estas ondas penetran en las capas más profundas de la piel y permiten aumentar la circulación sanguínea y activar la regeneración natural del colágeno para mejorar la elasticidad, oxigenación e hidratación de la piel.
Durante la sesión, que dura aproximadamente 30 a 40 minutos, se siente una agradable sensación de calor acompañada de maniobras de masaje.
¿Qué casos resuelve?
Atenúa y previene líneas de expresión, la deshidratación de la piel, la pérdida de grosor y la elasticidad, mejorando la calidad general de los tejidos. Retrasa la aparición de arrugas y el aspecto envejecido de la piel potenciando su hidratación natural.
Se aplica en la cara, cuello y escote y es muy recomendado para potenciar resultados de otros tratamientos faciales. Consigue el efecto flash desde el primer día: piel firme, lisa, hidratada, luminosa. Se nota también un efecto relleno y voluminizador en arrugas y líneas de expresión.
Estos resultados van mejorando según se alarga el tratamiento y el verdadero resultado se muestra a los 28 o 29 días, cuando el colágeno logra una mayor activación.
Consejos para después del tratamiento:
No realizar exfoliaciones, ni utilizar productos ácidos.
No exponerse al sol y usar protección solar alta.
Tomar agua en abundancia para mantener la piel hidratada.
Seguir una dieta equilibrada.
Uso del cosmético indicado para el tratamiento.
Continuar con las indicaciones proporcionadas por el profesional.
No recomendado para:
Mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
Personas con infecciones cutáneas activas.
Personas con telangiectasias, cuperosis, rosácea, herpes activos, lesiones cutáneas, dermopatías, procesos inflamatorios graves (tuberculosis, VIH, neoplásticos) o acné activo.
Personas portadoras de marcapasos o prótesis articulares.
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